Cómo presentamos nuestro primer libro ilustrado (y sobrevivimos para contarlo)

Es oficial: después de un año de trabajo, se hace público nuestro primer libro ilustrado. Para quienes siguen este blog desde hace tiempo, espero que esta lectura sea algo más que un simple anuncio. Para eso están las otras redes sociales. Aquí quiero compartir la emoción y el orgullo que sentimos al hablar públicamente de un proyecto que requirió muchísima constancia. Una cualidad difícil de adquirir, que demanda entrenamiento y que, con tantas distracciones en pantalla, cada vez cuesta más cultivar.

Quiero empezar contándoles sobre la semana previa al evento, porque fuimos a una charla muy inspiradora que me dejó con muchas ganas de escribir y compartir. Por cansancio y trabajo no alcancé a hacer boletín, pero ahora es buen momento para mencionarla. Fue un encuentro organizado por Entre Libros y Naranjas, con dos autores locales, y un pequeño bazar artesanal.

Lo que más nos emocionó fue la naturalidad con la que Elizabeth Quezada y Diego Chávez hablaron sobre sus inseguridades, errores y retos como autores independientes. Sin pretensiones, sin pararse con micrófono a presumir currículum, sin tabúes para hablar sobre sus propias dudas. Fue refrescante, sincero y muy motivador. Nos sentimos acompañados. Y de ahí surgió la idea de cómo queríamos que fuera nuestro evento: una charla tranquila, enfocada en compartir un logro personal (y nos salió más o menos).

Así llegó el 9 de julio. El evento fue en Claroscuro Café, un espacio en Zona Centro que nos prestaron sin ningún costo, y que continuamente ofrece actividades artísticas gratuitas para niños y jóvenes. Si tienen oportunidad, vayan. Pidan una limonada de fresa o un tónico. No se van a arrepentir.

Eso sí, debo decir que el evento, aunque un éxito, fue muy distinto a lo que imaginábamos. Estuvimos ahí desde las 4 p.m. hasta las 8 p.m., y solo nos fuimos porque el lugar cerraba. Tuvimos que hacer tres lecturas, porque la gente seguía llegando. Y sí, hubo detalles que no disfruté del todo. Pero como ya he dicho antes por aquí, he aprendido a dejar ir y disfrutar el momento. Si en la próxima ocasión podemos mejorar, genial.

En términos financieros, todas esas visitas se transformaron en ventas: del libro y de los cuadernos artesanales que hemos estado haciendo en los últimos meses. Se los agradecemos muchísimo. Más allá de los números, sentimos el apoyo. Una persona compró 10 libros para su club de lectura, y al día siguiente ya teníamos una venta del audiolibro. ¡Qué emoción!

Como podrán imaginar, terminamos cansadísimos. Aun así, al día siguiente visitamos dos lugares donde también nos gustaría presentar el libro. Uno de ellos es Artefactos, donde haremos la entrega de los ejemplares vendidos durante la preventa. Aprovecharemos para firmarlos, como todos unos profesionales.

El otro lugar se llama Pincel y Pixel, un espacio en el que puedes ver películas mientras pintas. Claudia hizo un retrato de Frank en una bolsa. ¿A poco no se ve increíble?

Escribir el libro fue entretenido, desafiante y, sobre todo, mucho trabajo. Pero, curiosamente, nada de eso importa si nadie lo lee. Bueno, no nada, pero entienden la idea. Por eso es tan importante promoverlo. Espero que tengan oportunidad de leerlo y, si les gusta, que lo recomienden. Eso nos ayuda más de lo que se imaginan.

Estoy trabajando en una foto “oficial” del libro para comenzar a darle algo de publicidad en redes. Se las dejo aquí abajo para que me den su opinión. Aún tengo dudas: ¿le falta algo de color en la portada para resaltar más, o está bien así, sobria y sombría?

Por último, el audiolibro y el ebook están a un precio muy accesible, y su compra nos ayuda tanto como la del libro físico.

Audiolibro https://bit.ly/4eTQ6ew
eBook http://bit.ly/3Guf9Il
Libro Físico https://bit.ly/3TDrqNs

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